Enviado por: "h m" hcmujica@gmail.com Sáb, 27 de Oct, 2007 5:30 pm para "Comunidades en el exterior"
Un asesinato famoso que favoreció a Chile
Chile Depredador; historiador chileno Cástulo Martínez
Publicado por el periódico "La Razón" 27-10-2007
Presidente norteamericano Garfield pudo ser asesinado por agentes mapochos
Cástulo Martínez/ historiador chileno
James Abram Garfield, republicano, asumió la presidencia de los Estados Unidos el 4 de marzo de 1881. Tan sólo alcanzó a gobernar cuatro meses antes de ser abatido por las balas de un resentido social y religioso llamado Charles Julius Guiteau. Estamos hablando de los años de la Guerra del Pacífico. El autor del material que reproducimos, el historiador chileno Cástulo Martínez, maneja otra hipótesis: que Garfield, opuesto a la política expansionista del país del sur en esos años, pudo ser asesinado por agentes de su propio país. "¿A quién interesaba la neutralización o muerte de James A. Garfield? Un estudio de la literatura de la época revela a dos posibles interesados: la Iglesia Mormona y el gobierno de Chile", afirma. Lo que sigue forma parte del segundo capítulo de su libro "Chile depredador", abril 2004, II edición. Dejamos de lado la primera parte llamada "La conexión mormona" para centrarnos en el factor Chile. Veamos.
2. La Conexión Chilena.
El presidente Garfield –secundado por su Secretario de Estado, Sr. James G. Blaine– se opuso activamente a que Chile se anexara territorio peruano o boliviano como botín de guerra. Esta actitud representaba un obstáculo insalvable para las pretensiones expansionistas de Chile. Y también un problema para los grupos económicos ingleses que querían recuperar el control del guano y del salitre por intermedio de Chile. Fue bajo este estado de cosas que se produjo el asesinato del presidente Garfield.
Sin embargo, el Secretario de Estado, Blaine, continuó la política de oponerse a cualquier conquista territorial en América. Para protocolizar la doctrina Garfield-Blaine, el Secretario Blaine convocó a las naciones de América a una primera conferencia a realizarse en Washington en noviembre de 1882. Pero el asesinato del presidente Garfield frustró ese proyecto, y sólo en 1889 se pudo realizar gracias a que Blaine había sido nuevamente elegido Secretario de Estado durante la presidencia de Benjamín Harrison.
Durante la administración del presidente Garfield, la política de los Estados Unidos con respecto a las intenciones chilenas de anexarse territorio peruano y boliviano como botín de guerra, quedó claramente establecida en las instrucciones que el Sr. Blaine dictó a sus ministros en Perú y Chile.
En oficio dirigido al general Kilpatrick, el 13 de junio de 1881, se consignan los siguientes pensamientos:
"En estos tiempos, cuando el derecho de los pueblos a gobernarse por sí mismos –base fundamental de las instituciones republicanas– tiene tan amplia aceptación, nada es más difícil o más peligroso que la transferencia forzada de territorio, que lleva consigo una población resentida y hostil; y nada lo puede justificar, excepto una necesidad demostrada ante el mundo. No es el caso en que a la potencia que desea el territorio se le pueda aceptar como un juez fidedigno o imparcial.
"Aunque el gobierno de los Estados Unidos no pretende expresar una opinión en cuanto a si semejante anexión de territorio es o no una consecuencia necesaria de esta guerra, cree que sería más honorable para el gobierno chileno, más ventajoso para la seguridad de una paz permanente, y más en consonancia con aquellos principios que profesan todas las repúblicas de América, que tales cambios territoriales se eviten hasta donde sea posible; que no deben ser jamás el resultado de la simple fuerza, pero que, si fuera absolutamente necesario, entonces todas las potencias cuyos habitantes e intereses nacionales estén en juego, deberían tomar la decisión ecuánime en una discusión plena y equitativa". (46)
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En sus instrucciones al ministro Hurlbut, el Secretario Blaine puntualizó.
"Toda la influencia que los Estados Unidos tengan en Chile se ejercerá para inducir al gobierno chileno a que consienta que la cuestión de la cesión de territorio debe ser materia de negociación y no una condición previa para iniciar las negociaciones" . (47)
Finalmente, debido a la confusión que había en las relaciones entre Chile y Perú, según los informes del Sr. Hurlbut y el Sr. Kilpatrick, el presidente Garfield despachó una legación especial acreditada ante los países involucrados, formada por el Honorable William H. Trescott y el Sr. Walter Blaine, para asumir el control de las negociaciones pendientes entre los Estados Unidos y los países beligerantes.
En las instrucciones que el Sr. Blaine entregó a estos enviados especiales, el 1º de diciembre de 1881, se les indicaba que deberían evitar que Chile se anexara territorios peruanos y bolivianos:
"Si el gobierno chileno, aunque rehusando toda intención de ofensa, mantuviese su derecho de arreglar sus dificultades con el Perú, sin la intervención amistosa de otras potencias, y rehusase permitir en el Perú la formación de un gobierno que no se comprometa a conceder la cesión de territorio peruano, será su deber expresar, en lenguaje tan firme como sea compatible con el respeto que se debe a una potencia
independiente, el desagrado y descontento que sentiría el Gobierno de los Estados Unidos ante una política tan deplorable.
"Ud. dirá que este gobierno reconoce sin reserva el derecho de Chile a una adecuada indemnización por los gastos de la guerra, y a una suficiente garantía de que no se verá otra vez sujeto a las demostraciones hostiles del Perú; y, además, que si el Perú no puede o no tiene intención de proporcionar tal indemnización, Chile podría ejercer el derecho de conquista para obtenerla, y el ejercicio razonable de este derecho, cuya necesidad es lamentable, no es base para una legítima oposición de parte de otras potencias. Pero este gobierno estima que el ejercicio del derecho de conquista absoluto es peligroso para los mejores intereses de todas las repúblicas de este continente; que es seguro que de él brotarán otras guerras y disturbios políticos; y que impone, incluso sobre el conquistador, cargas que difícilmente las puede compensar el aparente aumento de fuerza que proporciona. Este gobierno también sostiene que entre dos naciones independientes, la simple existencia del estado de guerra no confiere el derecho de conquista, excepto cuando no se proporcione la
indemnización y garantía que se exija equitativamente.
"Por lo tanto, los Estados Unidos sustentan que el Perú tiene el derecho de reclamar que se le permita una oportunidad de proveer tal indemnización y garantía. Ni puede este Gobierno admitir que se exija una cesión de territorio que excede en mucho el monto del más amplio cálculo de una indemnización razonable. [...]
"Si se rehusasen nuestros buenos oficios, y se persistiese en esta política de desmembramiento de un Estado independiente, este gobierno se considerará relevado de toda ulterior obligación por la posición que ha asumido Chile, y se considerará libre para apelar a las demás repúblicas de este continente a fin de que se nos unan en un esfuerzo común para evitar las consecuencias, que no se limitarán sólo a Chile
y al Perú, sino que representan un extremo peligro a las instituciones políticas, el progreso pacífico y la libre civilización de toda América". (48)
Fue precisamente mientras la misión Trescott-Blaine viajaba a Chile, con instrucciones de oponerse firmemente a las intenciones chilenas de anexarse territorio de los países vencidos, como un botín de guerra, cuando se produjo el incomprensible asesinato del presidente Garfield, y el cambio del Secretario de Estado James G. Blaine por el Sr. Frelingghuysen. La política de los Estados Unidos en contra de toda conquista territorial cambió de inmediato; por lo tanto, a la misión Trescott-Blaine se le despachó nuevas instrucciones que reflejaban la nueva posición de los Estados Unidos frente al conflicto de Chile contra Perú y Bolivia. El nuevo ministro que las autoridades estadounidenses destacaron en Chile –el Sr. Logan– era notoriamente partidario de los chilenos. ¿Fue acaso por él que el presidente de Chile conoció en primicia las nuevas instrucciones destinadas a los
enviados Trescott-Blaine antes de que los mismos interesados las conocieran?
Sea como fuere, el presidente Garfield se había convertido en un poderoso obstáculo para las pretensiones chilenas de conquista territorial. Su asesinato pavimentó el camino para que Chile consumara su avidez expansionista.
El presidente argentino, Roque Sáenz Peña, quien participó en la Guerra del Pacífico a favor del Perú, comentó lo siguiente con respecto al asesinato del presidente estadounidense:
"La bala del asesino Guiteau, al apagar la existencia del presidente Garfield, detuvo y cambió el rumbo de la escuadra interventora que se dirigía a Pisagua para imponer una solicitud de fuerza" (Manuel Medina Castro, Estados Unidos y América Latina, Siglo XIX, Casa de las Américas, La Habana, Cuba, 1968).
Por lo tanto, otro de los grandes beneficiados con la muerte del presidente Garfield fue el gobierno de Chile junto a los grupos económicos ingleses que, por intermedio de Chile, se apoderaron de las enormes riquezas del guano, salitre y otros valiosos productos del litoral peruano y del boliviano. ¿Fue este asesinato un regalo no buscado por Chile, o fue la intervención no oficial de algún grupo terrorista chileno que guió y financió al asesino Guiteau? El asesinato del general Carlos Prat en Argentina y del ex canciller Orlando Letelier del Solar en los Estados Unidos, ambos hechos ocurridos en la década de los años '70, perpetrados por una organización terrorista chilena, demuestra que esta posibilidad no es del todo improbable.
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COMENTARIOS DEL AUTOR DEL BLOG:
ES IMPRESCINDIBLE AFIRMAR (QUE NO HACE EL AUTOR DE LA NOTA,QUIZA POR DESCONOCIMIENTO)QUE ESTAS INVESTIGACIONES DEBEN HACER JUSTICIA AL PRECEDENTE DEL TRABAJO REALIZADO POR EL MOVIMIENTO DEL SR.LYNDON LAROUCHE, QUE DESDE HACE MAS DE 30 AÑOS DEVELO LA CONSPIRACIÓN BRITÁNICA EN LA GUERRA DEL PACÍFICO,ASÍ COMO LA POSICIÓN PATRIÓTICA DE LOS VERDADEROS ESTADOS UNIDOS,LOS DE BENJAMIN FRANKLIN, DE ABRAHAM LINCOLN Y POR SUPUESTO DE JAMES GARFIELD QUIENES HACIENDO ECO DE LA SOCIEDAD DEL CINCINATO (SOCIEDAD PATRIOTICA ESTADOUNIDENSE) DEFENDIERON LOS PRINCIPIOS DE RESPETO A LAS SOBERANIA DE LAS REPUBLICAS,Y EN ESPECIAL A LA AFIRMACION DE UN CONTINENTE AMERICANO UNIDO, QUE EN REALIDAD ESO ES LO QUE EXPRESABA LA DOCTRINA MONROE PARA LAS AMERICAS, NO COMO SE HA TERGIVERSADO, POR ELLO HACIENDO JUSTICIA, PARA LOS QUE BUSCAMOS LA VERDAD, LO QUE EL SR. MUJICA DEVELA PARCIALMENTE AHORA, SE ENCUENTRA AMPLIAMENTE DOCUMENTADO EN LOS TRABAJOS REALIZADOS POR EL MOVIMIENTO LAROUCHISTA ESPECIALMENTE EN LA SEDE PERUANA, ASI QUE INVITO A TODOS LOS LECTORES INTERESADOS EN PROFUNDIZAR SOBRE LA HISTORIA A VISITAR AL MOVIMIENTO LAROUCHISTA EN SUS RESPECTIVAS LOCALIDADES.
ATTE
DINO GAVANCHO
lunes, 29 de octubre de 2007
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1 comentario:
La anexión forzada - de grandes extensiones de territorio mexicano - debido a la Doctrina del Destino Manifiesto (¿Espacio Vital?) de EEUU, le restan "autoridad moral" a cualquier gobernante norteamericano, de opinar en este tipo de materias, sin antes solucionar ese "detalle" en su propia política internacional......Lo lamento.
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